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¿Por qué educarse sobre estos temas? 

El mundo enfrenta una triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación del aire, el agua y el suelo. Esta crisis tiene consecuencias considerables para la vida, la salud y la dignidad de las personas. Cada año, la contaminación es responsable de alrededor de 9 millones de muertes prematuras en todo el mundo. La contaminación del aire causó 6,7 millones de muertes en 2019, mientras que la contaminación del agua fue responsable de 1,4 millones de muertes prematuras y la contaminación por plomo provocó 900.000 muertes prematuras. Cientos de millones de personas padecen enfermedades, mientras que miles de millones enfrentan amenazas inminentes derivadas del cambio climático, que se manifiestan en tormentas, sequías, incendios forestales y aumento del nivel del mar más frecuentes e intensos.

 

Como ha señalado David R. Boyd, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y el medio ambiente, la historia demuestra que los derechos humanos pueden marcar una diferencia real, y los movimientos anteriores han logrado emplear los principios de libertad e igualdad para poner fin a la esclavitud y lograr un cambio social y transformador. Mujeres, activistas de derechos civiles, pueblos indígenas y defensores de los derechos de las personas con discapacidad han aprovechado el poder de los derechos humanos para catalizar transformaciones significativas. Los derechos humanos tienen un sólido historial a la hora de generar cambios transformadores en la sociedad y se encuentran “entre los motores de cambio más poderosos de la humanidad”.

 

A continuación se presentan algunos de los derechos ambientales más poderosos que deberían ser reconocidos como derechos humanos fundamentales en un instrumento jurídicamente vinculante para garantizar una mejor protección del medio ambiente y la salud de las personas.

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